Vida y literatura

por: Jose María Merino

En julio, durante su luna de miel, se le ocurrió escoger las noventa y nueve palabras precisas para escribir todos los nanocuentos posibles y fue tomando notas en su agenda obsesivamente. Un mes más tarde ya había logrado seleccionar tres: amor, hambre, júbilo. En octubre ya tenía cuatro más –sueño, vuelo, olvido, muerte- y en diciembre había añadido soledad, risa, poder, odio, tristeza. Hoy es el último día del año y está muy deprimido, porque Beatriz lo ha abandonado. En su nota de despedida le dice: “quédate con esas dichosas palabras, yo ya estoy harta de tu indiferencia conmigo”.



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