Con un sólo dedo

por: Eugenio Tisselli

En la cima de una montaña rusa, el carro espera quieto sobre los rieles. Puede caer y caerá; bastará con empujarlo con un solo dedo. Propenso, al borde, contiene calladamente una acumulación máxima de energía potencial: el carro está dispuesto a salir disparado con un mínimo impulso. Dice François Jullien en La propensión de las cosas: “… dejar que actúe la propensión de las cosas, en función de su propia disposición … pues de la propia disposición de las cosas resulta una orientación que nunca vacila ni se desvía”. En la posición apropiada, un casi no-hacer mueve lo inamovible.



leer más...

Botón Creative Commons