La Zona
por: Iván Humanes Bespín
La escritura como camino. Una vez allí uno debería retorcer el cuchillo. La Zona que transitamos en el film Stalker, de Tarkovski, tiene la virtud de ser, respira en mutación, como la escritura. Una vez nos aventuramos, lo esencial es el tránsito, pues el fin es movimiento. Pura entropía. Antonio Mengs en su Stalker (Ed. Rialp) apunta: “el camino de vuelta es diferente al de ida”. Encorvado, con unos años de más, el escritor que regresa empuña el fanal con el que antes ha iluminado la zona sombría, nada inmaculada, del papel que ha emborronado.
