Por la boca muere el pez
o la valentía de Chávez

por: Leonardo Valencia

Vargas Llosa llega a Venezuela el 27 de mayo. En el aeropuerto, durante noventa minutos, es retenido y advertido de que no critique al presidente Chávez. De cara a las cámaras, Chávez niega que haya restricciones a la libertad de expresión e invita a Vargas Llosa a debatir en su programa televisivo. El novelista no se amilana, acepta, pero pide garantías de que se debata directamente con Chávez y que no se manipule la filmación. Entonces, Chávez argumenta que él es Presidente y que sus interlocutores deben tener un rango parecido. Cuando los hechos son rotundos, los comentarios sobran.



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