La catástrofe como única esperanza

por: Norberto Chaves

- Esta tarde saldré de compras.
- ¿Qué te vas a comprar?
- No sé… veré qué encuentro.
Para bien de la economía, el objeto de deseo se ha desplazado del producto al acto de consumo. Como en los festines de la Roma decadente, vomitamos para poder seguir tragando.
El hiperconsumo disuelve al sujeto y destruye su hábitat: la catástrofe. El consumo responsable atrofia el mercado, paraliza la producción y siembra el hambre: la catástrofe.
En tanto inevitable, la catástrofe ha mutado de “temido final” a “única esperanza.”



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