Negación del ensayo

por: Oliverio Coelho

Un ensayista es un hombre valiente acostumbrado a merodear. Eso que yo no puedo enfrentar en el ensayo es el vértigo de escribir. En la prosa ensayística, la aceleración conspira contra la velocidad. Todo un día para cavar estas dos líneas. El problema no es solamente que no pueda llegar a los resultados que ambiciono, sino que merodear quizás implique un sacrificio absurdo –ah, pudiendo narrar…– Recién cuando el ensayo no sea una carrera agotadora para hallar la expresión vertiginosa de la expresión calma, será posible sincronizarlo con la finitud o la afinación de una experiencia.



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