Vitalidad y actuación

por: Oliverio Coelho

La vocación mediática de Fogwill podría entenderse como un pasatiempo terapéutico. Durante años, además de escribir libros originales como Los pichiciegos, Fogwill se ha encargado de dividir aguas, crear un ejército de fieles y de antagonistas itinerantes. Sus provocaciones –en su mejor momento divertidas– ya son lugares comunes de suplementos literarios argentinos. Después de tanta actuación, lo que ha conseguido es superponer su personaje a la obra, opacarla, y de alguna manera devaluarla. Quizás el goce del cínico se retroalimente en esa autodestrucción. Quizás esta sea una instancia terminal de vitalidad.



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