Préstamo de la naturaleza
por: Oliverio Coelho
Vamos hacia un mundo sumergido. En Buenos Aires, cada lluvia bate un récord. A veces tengo la impresión de que los cimientos de la ciudad ya están sumergidos en capas de barro que tarde o temprano, por los poros de las alcantarillas, van a invadir las calles. Las inundaciones y las temperaturas extremas seguro serán una constante dramática en lo que queda de nuestras vidas. No hace falta hablar de lo que el hombre ha hecho con la naturaleza en el siglo XX. El saldo de décadas de negligencia y explotación se paga ahora, en desastres escalonados, en cuotas.
Me encanta leerte acá, Oliveiro. Es un placer seguir tu movimiento en las secciones de la revista.
No soy especialista, aclaro. Pero ya que estamos en terreno de especulaciones, aporto la mía. Viendo el reciente terremoto en Chile me quedé impactado por la capacidad humana (creciente) para soportar estas arremetidas naturales. Si este sismo es terrible para todos aquellos que hayan perdido seres amados, visto desde la distancia no deja de ser sorprendente que, de no haber sido por la tecnología actual, el resultado del terremoto hubiera sido mucho peor… Digo, la humanidad se hace más resistente a este tipo de “desastres naturales”. Esto no implica que algún día no podamos desaparecer. Y si lo hacemos no seremos tampoco la primera especie en hacerlo. Considero que el problema de la explotación natural brutal es un síntoma de la demografía y la lógica del sistema económico-social que impera. Hace unos meses salió una pequeña noticia en relación a la reunión por el cambio climático en Copenhague en donde se decía que dentro de la organización británica que estudia este cambio había discusiones acerca de si la actividad humana era o no un factor fundamental. Aquellos que decían que no afirmaban que, quienes decían lo contrario, estaban emitiendo una opinión más que una conclusión de orden científico. De todos modos sí había ingerencia humana, pero no de manera decisiva. Supongo que si se sigue de esta manera nuestro impacto será cada vez mayor en esta lucha por el poder sobre la tierra. En fin, es un tema muy fértil éste que planteás, Oliverio, porque puede abrirse hacia otros, entre ellos al del destino de nuestra forma de vida.
Me parece Oliverio, que sentís nostalgia por Ballard.