En el fin del mundo

por: Edwin Madrid

Después me hallaba en una
habitación de Neuquén
y el valle y el desierto
tendidos en mi cama
como un tango en la
inmensidad de mi cabeza
repitiendo repitiendo:
tienes tres días para enamorarme,
días como astillas de álamos
prendidas sobre mi lomo
en el valle en el desierto
de una habitación en Neuquén.



leer más...

Botón Creative Commons