Tampoco hay literatura si no hay deseo

por: Juan Pablo Cozzi

El relato también se sostiene en la falta. En “la mujer en las dunas” de Anaïs Nin, el insomne tiene dos experiencias extraordinarias durante su incorregible excitación. Por un lado, es testigo del goce ajeno (la nariz contra el vidrio); y por el otro, conoce la deliciosa aparición de esta mujer casi surgida de su ferviente imaginario. Es con ella con quien el relato se convierte en la fuerza opositora necesaria para la satisfacción sexual o literaria. Es la otra. Que a su vez narra una nueva historia en la que vida y muerte copulan.



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