Amor solitario

por: Daniel Sánchez Bonet

Para Leocadio la mujer perfecta debía cumplir una serie de requisitos. Es cierto que era un tipo bastante tradicional, pero eso no le impedía ser al mismo tiempo un consumado adicto a las cosas modernas.
A Leocadio, las mujeres le gustaban serviciales, obedientes y sumisas. Lo de cariñosas o hermosas no le importaba tanto, se conformaba con que le hicieran caso. Con eso le bastaba.
A aquella mujer ideal, la llamó: Domótica.



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