Los malqueridos

por: Carlos López-Aguirre

Es como la muerte: ya nada puedes hacer. Lo piensas nuevamente y un dolor agudo ocupa tu pecho; te aplasta. Bebes de esa copa sucia que quiebras antes de que llegue a tus labios. Un chorro de sangre y alcohol ensucia tu pantalón. Te levantas, quieres largarte; intentan detenerte, no has pagado la cuenta. Te dejas golpear y cuando se retiran, les suplicas que acaben lo que han empezado. Confiesas tu pena: dejar de existir es más sencillo que acostumbrarte a su ausencia. Sabes que te comprenden, porque lo último que percibes es la nostalgia en sus puños.



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Publicado en Movimiento perpetuo. diciembre 2010
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