Imposible refugio

por: Andrés Cadena

Según Vargas Llosa, el mundo literario de Onetti nace huyendo de la realidad a la fantasía, «refugiándose».
Momentos antes de que Brausen empiece a imaginar Santa María, yace junto a su pareja convaleciente: mutilada por un tumor. Y recuerda: «vi mi estupidez, mi impotencia, mi mentira ocupar el lugar de mi cuerpo, y tomar su forma», al intentar consolarla. El viaje a la ficción no parece huida, sino condena. Al ser involuntaria, externa, negará todo posible refugio: un movimiento perpetuo.
Igual que la escritura, sin asidero final. La poesía es «lo que no tenemos», dice Lanza en Juntacadáveres.



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