Cenicienta

por: Teresa Serván

Se probó un cuento clásico, con su introducción, nudo y desenlace, pero le hacía daño. Luego lo intentó con una poesía y sus rimas y estrofas la asfixiaron por completo. Pensando que el problema era de tamaño, trató de ponerse una novela, que le rozó durante cientos de páginas hasta hacerle ampollas. Finalmente, se calzó un hiperbreve que le entró como un guante. Ese día pudo asistir al baile.



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