Columnista invitado/
La cinefilia para a la acción: planfleto sentimental
por: Uriel Salinas
Quiero honrar a un grupo de gente maravillosa. Hay un centro de peregrinaje que congrega a muchos fieles de habla hispana: www.cultivadoresdeculto.com. Aquí, diversos cinéfilos (definitivamente la pasión nos ennoblece) suben películas que uno puede descargarse gratuitamente y con buena calidad.
… Ahora pensemos en un quinceañero curioso. Misteriosamente, una noche encuentra una bellísima película en un olvidado canal de televisión que lo deja deslumbrado. Indaga sobre el tema y, en Internet, descubre películas que quisiera ver. Pero donde vive no hay ciclos de cine ni videotecas… Condenar este sitio sería como prohibir que un amigo nos preste un libro.
La cinefilia, sin portales como “Los Cultivadores”, sería imposible en el reino de las diásporas. Llegué buscando a Bresson, fui obsequiado con la “época dorada” de Hollywood (Ford, Wilder, Lang, etc.)
Es momento de preguntarse: ¿Qué sería de nosotros sin películas, sin literatura? Y, más aún (luego de la arremetida de varias legislaciones a las redes P2P) ¿Quién es el dueño de las ficciones?
Hesiodo es nuestro porque es Petrarca, Voltaire, Balzac… Y también es Truffaut, Bergman, Rossellini… La humanidad es un panteísmo cultural, y el individuo una alegoría. Quien esté libre de vanidad que bloquee el primer archivo.
Gracias por el comentario. La comunidad cinéfila se exapande. Y además tu artículo tiene 99 palabras. I think this is the begining of a beatiful friendship.